ULTIMO CARTUCHO (Viernes,
23 de Julio de 2004)
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Casi 50 días de campo base. 50 días en los que
los días buenos se pueden contar con los dedos de la mano.
No ha sido un buen año y ninguna de las cimas del Karakorum
ha cedido a la presión de los escaladores. Una vez más,
hemos comprobado lo insignificantes que somos cuando nos medimos
ante estos grandes colosos de la Tierra. La mayoría de
los escaladores tienen ya sus mentes rotas. Solo hay ganas para
hablar de la huída de aqui, de lo que haremos a la vuelta
y de como vamos a disfrutar cada instante en nuestros respectivos
entornos. La gente ha perdido la ilusión por la montaña
y es difícil encontrar a alguien que aún crea que
hay una posibilidad de encaramarse hasta lo más alto. Personalmente,
creo que tenemos todavía una oportunidad, pequeña,
escasa más bien, pero que sin duda debemos explorar antes
de dar la espalda a estas montañas. Tenemos un pequeña
ventana de buen tiempo, tan solo de dos días, mientras
que hoy continua nevando como la ha hecho desde hace muchos, muchos
días. Esto hace que el estado de la nieve sea pésimo.
No ha habido días de sol que transformen el gran manto
de nieve caída, por lo que vamos a encontrar nieve muy
profunda e inestable, y el grado de peligrosidad y de dureza de
la ascensión va a ser más que considerable.
Nuestra esperanza se basa en el día 25. Día despejado,
no con mucho viento, en el que deberemos probar la subida final
hasta la cima del Gasherbrum I. Luego, el 26 y 27 ya son días
malos, por lo que no hay ninguna otra opción. Hemos retrasado
el vuelo de vuelta hasta el límite y abandonaremos este
lugar el día 1 de agosto. Creo que sólo va a haber
posibilidad de probar una montaña y esta va a ser el GI.
Hoy día 23 partiré hacia las alturas, directamente
hasta el campo 2 a 6.500 m. Mis compañeros salieron ayer
hacia el campo 1, pues prefieren ir más despacio y ahorrar
fuerzas. Yo, fiel a mi estrategia, soy partidario de pasar poco
tiempo en altura, estar lo mínimo posible en aquellos lugares
que desgastan más que reconfortan. Por tanto, no hay opción,
salir hoy, para el día 24 escalar el corredor que lleva
al campo 3 a 7.200 m y librar la gran batalla final al día
siguiente. Todos los interesados en escalar esta montaña
vamos para el mismo día, así que vamos a trabajar
juntos una decena de personas para intentar forzar la fortaleza
inexpugnable en que se ha convertido este año este monte.
Vamos a dejar hasta el último ápice de energía
en este intento y solo espero que los resultados nos acompañen.
Hemos trabajado en muy malas condiciones pero con enorme voluntad.
Merecemos una pequeña recompensa, poder abandonar este
lugar con el sentimiento de que ha valido la pena esperar, de
que ha merecido la pena haber luchado tanto. No sé, la
montaña tiene la última palabra, pero no cabe duda
de que vamos a pelear por conseguir subir.
El día 26, aquí abajo de nuevo, estaremos vacíos
de fuerzas y de motivación, pero espero que también
tengamos ya la cumbre del GI en la mochila. La última batalla,
la más grande, la que tiene que conmover a esta mole del
Karakorum, la que tiene que depositarnos en esa blanca cima, de
momento, alejada infinitamente de nuestras posibilidades.
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